lunes, 23 de febrero de 2009

Liga Vasca 09. 6º ronda.

A ver si no tengo problemas con el tiempo-decía Minde todo ufano al calor del preceptivo orujillo de hierbas, convertido ya en la poción mágica. Cuatro horas más tarde, el verde brebaje deba su último coletazo y un Minde obnubilado veía como su bandera caía privándonos del más que posible espectáculo de un mate de alfil y caballo. Una de las pesadillas de todo ajedrecista que se precie. Pero faltan cuatro horas para eso. De momento, un porrón de orvinas se van amontonando en el Ulía mientras cafés y orujos van desfilando por la barra. Monje afirma que firma un dos dos. Cuatro horas más tarde, viendo el panorama, no firmaba nada ya. Hoy tocan los abadiños, un equipo de los de antes; cuatro tíos que seguro que no han tenido un sábado libre desde que desde que ponían verano azul. Un equipo duro con vistas al ascenso. A las cuatro y cuarto aparecen cuatro figuras al final de la calle Valtierra. Se han perdido. Son jodidas las calles de la chantrea. Muchos son los sherpas que han entrado y de los que no se ha vuelto a saber.


El duelo de primeros tableros viene duro. Tanto Yerai como Navarrete vienen de coleccionar buena ristra de palotes y el estilo mamporrero de ambos parece augurar una partida de las de ver en butaca con palomitas. La partida no defrauda. Tras la siciliana de turno, Sergio parece quedarse mejor y se llega a una posición donde el cuerpo pide tirar una calidad pero el cerebro le dice: quieto tigre. A Nava le tira más el cuerpo y se mete una embarcada en grave apuro de tiempo que le deja con calidad de menos por actividad. Al final, consigue montar el trenecito contra el enroque y tras insertar el alfil en h1 por dos veces y hace un estropicio en el enroque del vizcaíno. Brutale, sergio, brutale.


En mi partida contra Ibón, entramos en una línea de la dos caballos. Parece que el sábado nos sobraban a todos las torres y no sabíamos qué hacer con ellas. Así que en lugar de tirar una calidad en esta partida tiramos dos. Tras meterse en una sospechosa línea, el abadiñotarra convierte en kamikaze a su torre más adelantada, y dos jugadas más tarde, para no ser menos, yo hago lo propio con la mía. Como resultado, queda su enroque mucho más dañado y mi jaco entra hasta la cocina en el enroque blanco.


Mombi se las veía con Prieto, que le sacaba una cabeza y cien puntos. Lejos de amilanarse, le planta cara en la apertura, con una caro khan del cambio donde agarra el peón de más como si le costara dinero. Alain no consigue suficiente contrajuego y se queda con dos peones de menos. Al final recupera uno y parece recuperar opciones pero, tras un error grave, se deja la fruta por la octava. Está fino el mombi.


Monje tenía la única partida con ventaja a los puntos. Se queda bien en la apertura, creo que una
especie de grunfeld. Su ventaja en el flanco no parece compensar los alfiles de distinto color y tras darse un par de vueltas con damas, alfiles y torres, acaba firmando las tablas.


Tres y medio. Sorprendente. Nos damos con un canto en los dientes. En esta extraña liga de primera división, pasamos del deshaucio a optar a los puestos de ascenso. Tiene ya esta liga toda la pinta de acabar como la anterior, donde en la última ronda, una pieza que vuela en los apuros y en lugar de subir de categorías te hundes en el pozo. Quién dijo que este deporte es un ladrillo?

miércoles, 11 de febrero de 2009

Liga Vasca. 4º ronda.

“Al principio era la Nada. Y Dios creó la luz. Y vio que era bueno. Y creo las tierras y las aguas. Y era bueno. Al tercer día creó los astros del firmamento. Luego las plantas. Al cuarto los animales marinos. Y vio que era bueno. Al quinto los animales terrestres. El sexto creó al hombre. Y vio que todo ello era bueno. Al séptimo descansó. Pero se aburría. Y creó el ajedrez. Y vio que era un espanto. Se dijo: “Dios, qué he hecho!” y lo borró. Pero algunos monos ya habían aprendido a jugar y ya no hubo forma de eliminarlo.”
Génesis. Versión apócrifa chantreana.

Y ahí me hallaba yo, descendiente directo de uno de esos monos, el sábado, después de comer. Una nevada del copón. Es en esos momentos cuando uno se pregunta por qué no eligió los 100 metros en pista o incluso la natación sincronizada en lugar del ajedrez. En fin, es lo que toca. Nos visitaban esta vez los chicos de Urnieta un equipo que el año pasado nos hicieron un tres y medio que cambió el rumbo de nuestra liga y nos dejó cerca del descenso. Además, los del Eguzki no hicieron honor a su nombre y lo que se trajeron del norte fue una tormenta que cerca estuvo de dejarles por el camino a ellos y a los batallas que también venían a jugar con el Orvina A.
En fin, cafecico, orujico y al lío.

Navarrete jugaba con blancas contra Aguirre. Una tìpica Caro Khan del cambio donde a cambio del peón aislado de D, consigue colocar todas las piezas mirando golosas al enroque negro. Parece cobrar ventaja en varios momentos al tener problemas Aguirre para colocar sus piezas pero no consigue encontrar hueco ante la defensa negra. El de Urnieta logra cambiar jaco por alfil y cambia el signo de la partida. Es el negro el que parece tener opciones de ganar. Se cambian piezas y se firman las tablas.

La esquizofrenia se apoderó de la segunda partida, que me enfrentaba a Corral. Tras un gambito anti holandesa, empiezo a quedarme mal en ¡la jugada 2! Tiene su mérito. Tras pasar apuros en la 4,5,6 cambio su agresivo alfil blanco y logro de alguna forma enrocarme. Llegamos a una posición donde él cree que está ganando y yo creo que estoy mejor. Mi pareja de alfiles y mis piezas y dama cerca de su enroque contra mi estructura peor y su control del centro. En fin, no he consultado al amigo Fritz porque se pierde la gracia. Fritz es frío, matemático y aburrido. Mejor dejarlo así. El caso es que llega el apuro, y tras algún error, envío a mi rey de paseo por el tablero a lucir tanga de leopardo ante dama y torres rivales. Corral no sólo no lo aprovecha sino que se deja calidad primero y ficha entera después.

Monje planteaba la catalana y con jugadas muy normales se quedaba en seguida con peón de ventaja. Tras unos cambios que no vi, se llegó a un final de alfiles y caballos con tres peones de ventaja. Un terror empezó a recorrer nuestra médula espinal al aparecer posibilidades de un final de alfil y caballo contra rey. Será capaz de dar el mate si se llega? Por suerte, no tuvimos ocasión de comprobarlo y corona uno de los peones.

Egoi se enfrentaba a Mendicute y tras el espectáculo de la ronda anterior, no estaba dispuesto esta vez a poner en peligro nuestra tensión arterial. Se plantea una española del cambio, donde parece lograr una posición agresiva tras f5, f4 y g5. El ataque no prospera y se llega a una posición con chungo peón de más. 25 jugadas se pasa el chantreano intentando convertir en oro el triste guijarro que ofrecía el mísero peón. No se le puede pedir más. Tablas.
Buen resultado y buena jornada. Orvina B y Osasuna salen de la zona de descenso de la misma tacada y continuamos los dos compartiendo el eslogan de “yo no bajo”.

domingo, 1 de febrero de 2009

Liga Vasca 09. 3º ronda.

Nenaza!. Eso fue lo más suave que me dijo. También añadió varias opiniones sobre mis supuestos gustos sexuales por los animales o sobre la libertina sexualidad de varios de mis familiares. Todo mi delito fue pedirme una cerveza en lugar de un cubata. Le hice notar al amigo en cuestión que tenía partida de liga vasca al día siguiente pero eso no hizo sino aumentar el grosor de sus vituperios. Claro que el hecho de que el pavo en cuestión hubiera abordado minutos antes a la china de las flores le restaba bastante autoridad moral para emitir tales opiniones.

En eso andaba pensando yo cuando me vi sentado frente a un tablero moviendo madera. Uno ya está más cerca de hacer un trío con los abuelos del inistón en su diagnosis de esputos ajenos que de andar de farra con semiadolescentes prepúberes así que la cabeza andaba justita para el ajedrez. Pero, en fin, sólo se trataba de mover madera un ratito y, además, contra unos vecinos. De allende el sur de pamplona venían los vecinos de Oberena y, como buenos vecinos, les suponíamos dispuestos a echar unas risas y jugar así, al tuntún. Pues no, venían a jugar en serio y lo que nos hicieron fue un roto.



Bien se presentaba la partida de Nava en el primer tablero contra Miguel Navarro. Sergio le sorprendía en la apertura y le dejaba en apuros de posición y de tiempo al obereno. Este se veía obligado a sacrificar la dama por torre y pieza. Sin embargo, las torres se volvían muy activas y el blanco tenía problemas para desarrollar su caballo, única pieza que le quedaba. Al final, se llegaba a un final de dama contra dos torres y se firmaban tablas.



En mi partida contra ugalde llegaba yo, con el muro, a una posición igualada y estaba jugando más o menos bien hasta que fueron mis piezas las que se volvieron locas. Yo asistí atónito al espectáculo de mi incisivo caballo de e5 volviendo en una cabalgada desquiciada hasta d8 y mi alfil que se movía compulsivamente entre d7 y e6. Mis torres se desentendieron del problema escondiéndose en a y b. Ante este espectáculo, la ruptura con e4 de ugalde abría paso a una escabechina por el centro. Juro que no fui yo el que hizo esas jugadas.



Monje mantenía una cierta ventaja de espacio contra la apertura irregular de Unanua. Sin embargo, se iba apurando de tiempo hasta que en el apuro se deja una pieza limpia.






La partida surrealista de la jornada llegaba del cuarto tablero entre Egoi y Lasa. Egoi, al parecer no estuvo en clase el día en que explicaron el desarrollo. Así se comía un peón envenenado en b2 y en la jugada 13 se llegaba a una posición curiosa; todas las piezas blancas desarrolladas y todas las negras en su casilla inicial. De alguna forma, se libra de un merecido leñazo y llegan a un final en apuros. Allí empiezan a llover las piezas mientras los reyes se pasean en cueros por el medio del tablero. Egoi primero se come una pieza y puede comerse una torre más, cosa que no hace. Lasa reacciona, el sí se come una torre que pasaba por ahí y encuentra una red de mate contra Egoi.

Con todo esto, Oberena se coloca líder,nos devuelve el 3,5-0,5 que les metimos el año pasado y nos deja ya metidos en el agujero de la clasificación. No andamos finos, no. Andamos congestionados. Tos con mocos. Estamos cargados.