lunes, 23 de febrero de 2015

Liga Vasca. Ronda 7. Llueve

La lluvia en Sevilla es una maravilla. Pero en Pamplona es una puta mierda. Amanece el día lluvioso, plomizo, tristón. La prensa me amarga el cruasán con una letanía de desastres, malventuras y bellaquerías de los prebostes de turno,  solo mejorado en las páginas de deportes por los habilidosos tejemanejes de nuestro equipo local en el noble arte de la compraventa. En fin, el próximo sábado me compro el Superpop; al menos ahí recibiré valiosos consejos sobre si mi pareja finje sus orgasmos o si está pensando en George Clooney en esos "momentos". Jo, tía, flipo. Mientras el ibuprofeno se va extendiendo por mi torrente sanguíneo, miro por la ventana y compruebo que San Cristóbal no se ha movido un milímetro desde ayer. Y también que llueve. Llueve. Llueve.

Pasadas varias horas de contemplación, me limpio el hilillo de babilla, ya casi torrente a la altura del mentón y me sumerjo en el mundo lluvia camino al club. Voy como el Dalai Lama, flotando, etéreo. Ni siquiera armado con choto (capucha aquí en estas tierras), dejando que la lluvia inunde mi cabeza. Llego despacio al club y en ese estado de ánimo semiinconsciente, semiopiáceo, simiesco comienzo a mover madera.

Enfrente, viejos conocidos; los fomentos. Descubro a Txus sentado enfrente mío; grande tío; pero tiene la fea costumbre de ganarme el capuyo de él.
Empezamos. Juego C4; nunca la he jugado pero no sé, al toque,  hoy es día de lluvia. Mi ambicioso plan es sacar las piezas y luego pues no sé, ya veremos. 
- ...d6!?---
Agirretxe es un tío optimista y me tira un peón; yo no pienso, hoy no es día de pensar, me lo como. Hay compensación pero no termina de parecer suficiente. Fritz no se cree nada, claro.
Se llega a esta posición. Juego  F4 para evitar d5 pero hoy a Txus nadie le detiene. Se monta un Cristo y se llega a esta posición en el apuro. 
 ...d5. cd/ed. e5/ce4. Td1/
Juego Cd3 que ambos vimos como única. Fritz se parte el culo; dice que valen muchas; Cb4, Aa5.... Final con dos peones de más y para rematar Txus se deja un doble; hoy no es su día. Yo, sin hacer mucho, me quedo con el punto. Así es el mundo lluvia.







Monje monta un muro e iguala sin muchos problemas contra Pedrera. Con enroque en distintos flancos parece que se avecina tormenta. 
Pero no, se cambian todas las piezas menores y se llega a esta curiosa posición. La posición blanca está prieta como novia obesa el día de su boda. Las negras se comen un peón  y es ese momento en el que el ajedrez de Monje se desborda como un Txunami. Se deja el peón y tablas. Cerrada ovación.






Otra cosita es Sevilla. Contra Galarza, juega una Trompowsky algo extraña y pronto su posición empieza a tornarse del color del día que se adivina fuera de la sala. 

Enroques en distintos flancos pero el del negro es seguro y saludable y el de Javi es, esteee, como un queso Gruyere gigante. Iñigo tira un caballo con brillantez  y llega a esta posición.  Aquí, Fritz da -3.5; Tras
cd/Ad4+ . Rg3/gf. Cf4  y Ae5!, para tirarlas, vamos. 

Sin embargo...
 ...Aa1? y Javi casi iguala la posición. A partir de ahí, el negro se va quedando peor y


 finalmente con Tc5!/ De6 e5!  se derrumba el negro, que todavía no se lo debe de creer.









Nuestro gallego más famoso se las veía con Aitor González. Solo un gallego sabe disfrutar de la lluvia, hoy no podía fallar. Tras una eslava, iguala sin problemas y consigue ventajiña en la apertura. En esta posición, parece que el blanco tiene problemas con Ce4! . Fritz se frota las manos.

....Ce4 . Cd3/Da5. Af3/Cg3. hg/Dc3. Cc5

Sin embargo, a nuestro gallego le llega su  momento empanada. En lugar de la simple Tb8, llega la infame Ac8. Tb1 seguida de la no menos horrenda Ad4. Fritz dixit.  Caen los peones del flanco de dama. Tras eso, se llega a un final de alfiles de distinto color; hay que firmar medio palote.





Tres puntitos que arrojamos bien gustosos a la buchaca. Por lo que se ve, no nos sobra ni un gramo de ajedrez para sacar los puntos que necesitamos. Pero los vamos sacando. Se despiden los fomentos; van internándose en la plaza y desaparecen en medio de la lluvia; nadie escapa a la lluvia.

domingo, 8 de febrero de 2015

Liga Vasca 2015: ronda 5 la venganza de Bruselas

El traqueteo del Tronkomovil de Monje, para quien los amortiguadores deben de ser bebidas espirituosas, nos va sumiendo en un sopor solo superado por esa intensa gazuza  que acompaña siempre al ajedrez en el Orvina B y que es como el quinto jugador.  Pasamos Altube por los pelos tras presenciar como dos enormes camiones, en una impúdica y sexual exhibición camionera, se ponían a hacer la tijera en plena autopista. El gallego no calla; y de cada tres palabras que esputa, una es alubias; se le ha metido en la cabeza que quiere alubias y no hay forma de sacárselo de la cabeza. El episodio de gastroenteritis que sufrió 24 horas antes no es óbice, faltaría más. No hay problema; últimamente el programa con el que el Orvina B prepara las partidas, en lugar del Chessbase es el Tripadvisor. Ya le encontraremos algún sitio elegante, donde pongan espuma de hongos y cosas de esas. 

Enfilamos al norte y van asomando los rascacielos de esa ciudad donde se crió esa bestia del ajedrez que es un servidor pero a la que ningún equipo y ningún entrenador ha conseguido sacar el Carlsen que habita dentro, pero muy adentro bajo esa cáscara embrutecida. Me va invadiendo la nostalgia según llegamos; era joven, tenía sueños, comía como un animal, bebía como un cosaco, jugaba el muro, la budapest y el veresov. Dios mío! pero si es lo mismo que hago ahora! No he evolucionado! Mierda! Saco mi libreta y apunto: "despedir a mi psiquiatra, no ha conseguido ningún avance en 20 años". Vamos entrando en Bilbo; esta vez no nos recibe la Txapela, esa capa de mierda que sobrevuela la urbe los pocos días en que no llueve. Mis compañeros no lo notan; en Pamplona la única forma de contaminación que se conoce es la polución nocturna. 


Por suerte, para encontrar el sitio, Monje cuenta con un nativo, con Gallego, alias gepesiño, y con el Trol que, al menos, consigue no vomitar a pesar de sus mareos. Con ese equipo uno no se puede perder por Bilbo . Media hora más tarde, tras salirnos dos veces dirección Santander y pagar dos veces los 23 céntimos de la autopista de ¿Galdákano? conseguimos llegar a Santutxu.

Allí tomamos una decisión que acabaría siendo clave esa tarde; Nos vamos al Bruselas, regio papeadero de grato recuerdo en el club por veces pasadas y donde las raciones son como hacer abandonar Andalucía a Falete. Y por supuesto, con un pote de alubias para el gallego, claro. Cualquiera le aguanta, si no.
- ¿Os vais a comer todo eso? Pregunta entre preocupada y ojiplática la simpática mesonera, tras comprobar que hemos añadido unos extras a los menuses.
- Es que somos deportistas- le aclaro yo para tranquilizarla. Efectivamente, se queda más tranquila.

Como siempre, el Bruselas cumple con nota y no solo en cantidad; todo está buenísimo. Cuatro orvinobés salen del local notando como la gravedad es una fuerza más intensa que antes. Ni siquiera el chupito de hierbas y el mus de rigor pueden con el pastuz de alubias, pollo, pisto y pantxineta  que habita en nuestro interior. En esas condiciones entramos en Zuri.
En Zuri hace un frío que pela; eso parece Siberia,qué digo Siberia? peor aún, parece Vitoria. Nos embutimos chambergos y jerseyses y a jugar. 
A Zuri le pasa como a Orvina b: las mismas caras, los mismos gestos. Ocho viejos braceros en esto de mover madera nos ponemos a ello.



Gerardo-jiménez: Yo juego con Gerardo. Para una vez que preparo la partida, resulta que hay otro Gerardo Fernández por el mundo y yo decía: "qué cosas más raras juega ahora el Gerardo". En fin, apunto en la libreta: " no preparar partidas; total; Pa ké?". En fin,  Española; le hago un janish y variante del cambio; que, como su nombre indica te cambian todo y, coño, pues a jugar un final. Así queda la posición. 







No hay problema; pasé tres veranos estudiando finales en Bakú. Un indolente cambio de fichas por mi parte me lleva a este final de reyes que mi profundo ajedrez vaticinaba como tablas. Pues no, se pierde. Resulta que no se puede mantener la oposición de reyes y todo eso. Mierda. Anoto en la libreta: "despedir a mi entrenado de finales".








Monje-Alberdi: Monje juega con g3 y le responden con una especie de Leningrado; se queda bien. No vi mucho su partida; simplemente sacando piezas logra ventajilla por el potente alfil del fiancheto y la presión en d5 y firman tablas tras finalizar la apertura. 







Vesga-Egoi: Se juega la típica dos caballos, que jugué yo alguna vez, el ataque Max-Lange. Esta es la posición. El trol de la pradera me temo que no se la conoce bien del todo. Al parecer aquí hay que jugar f5, o eso dice fritz. Egoi hace Tg7 y simplemente con Cd4 se queda hecho una mierda. Si a eso añadimos que unas jugadas más tarde se deja el alfil de e6 pensando que daba mate en octava con la dama llegamos a la conclusión de el ajedrez, el tinto con gas y la deglución masiva son malos compañeros.



Cinza-Maxi: Los intentos del galego por salir con su pepe-pótamo se ven frustrados por el planteamiento del negro y la apertura acaba en una especie de india de rey con blancas. En un momento dado, sabe dios cómo, se come una calidad limpia tras meter el alfil en d6, lo que parecía augurar una victoria cómoda. La única compensación del negro parecía un desubicado y triste peón pasado en c3. Pero, hete aquí, que mientras ´o tarugo do norte´ se dedicaba a comerse peones en el flanco de dama el peón se iba haciendo fuerte y llegaba a c2. Y este peón, aprovechando que el gallego se agachó porque se le había caído el boli, sacó el tarro de vaselina y....Dios, no quiero contarlo! esto es un blog serio y el gallego tiene mujer e hijos! Bueno, no los tiene pero como si los tuviera.

Así de bien que nos fuimos con nuestro medio triste puntito rumbo a la foralidad dejando atrás la Txapela, la honra y los barcos. Mas nuestros desvelos no habían acabado aún. Faltaba la venganza de Bruselas. La alquimia de la alubia en el estómago de un OrvinaB es un tema delicado y espinoso y si además, lo encapsulas en un diminuto C3,  puede hacer del viaje de vuelta una experiencia inolvidable. Por Dios, si ese coche, en lugar del de Orvina B parecía el de Sestao Naturgas.

Saco la libreta y anoto: "último día que el Orvina B come alubias si hay partida". Y con eso llegamos a Iruña, derrotados pero dispuestos a seguir dando guerra por tierras vasconas.