domingo, 8 de marzo de 2015

Liga Vasca 2015. Ronda final; el acabose



¿¿Eso es el Orvina A ??- preguntaba con voz trémula el Trol más famoso de este blog de suburbio. Tamaño desprecio no tuvo efecto alguno sobre los agraviados restos con que tuvimos que confeccionar el equipo y se encogieron de hombros con un lacónico "es lo que hay". Tres adolescentes a medio hacer con el abuelo Mombi como guía espiritual y ejemplo en la vida (sic). Otra cosita es el B que se presentaba con una alineación ya de sobra conocida para cualquier ajedrecista vascongado que se precie. Cuatro tíos de serie B con el único objetivo de seguir vivos en esta categoría que nos vio nacer. Y apoyándonos el colectivo hostelero vasco que espera ansioso año tras año nuestras visitas. y para los que un descenso nuestro supondría el cierre de numerosos establecimientos.
 
La primera prueba no se antojaba sencilla; meter cuatro dos navarros, un bilbaíno y un gallego, que es como un bicho palo gigante, en un C3. Un poco de Tetris y `pa` Sestao. Un sol del carajo. ¿Bilbao + sol? ¿esto qué coño es? Extraña combinación; qué será lo siguiente? Osasuna + ascenso? gallego + anorexia? Egoi + tijeras? . 

Al llegar otro clásico; nos perdemos en la entrada. Hay cosas que ni un bilbaíno experto en orientación, ni 3 móviles con gps pueden evitar. En fin, tras comprobar que el local de juego está en un desierto por donde corren bolas de paja, nos vamos a asegurar el tiro; el centro gallego de Sestao; parada obligada que ha visto grandes actuaciones del Orvina, esta vez con el añadido de alimentar a ocho bestias navarras en perpetua hambruna en media hora. Y cumpliendo con creces; una ensalada con más ingredientes que líneas me sé de mis aperturas y una tarta de cuajada que merece de largo  el cuarto de hora que llegamos tarde. Y el gallego ejerciendo de coche escoba para cuanto restillo quedaba en los platos que iban saliendo, cumpliendo así una antigua norma del Club Orvina; los platos que pasan por un Orvina no necesitan fregaplatos.
 
En ese estado anímico-intestinal nos presentábamos en el hotel Naval, bonita construcción ubicada en la zona residencial de Sestao, rodeada de parques, niños jugando y jardines con flores. Enfrente, Sestao B, poderoso anfitirión, que contaba sus encuentros por victorias y ante los que buscábamos el humilde objetivo de arrancarles medio punto que nos confirmara la salvación matemática. Para ello, contábamos con nuestra arma más poderosa; la preparación de las partidas. Aunque esta vez con algunos problemillas: yo, que no preparo; por pereza y porque mi antivirus opina que el chessbase es un ente maligno del averno; a Monje le tiraron la preparación en la jugada 1, Egoi preparó con negras y hete aquí, cosas que pasan, que jugaba con blancas y al gallego no le vino el rival  previsto. Pero, en fin, esto salió: 


 
Zeta-Trigo: Una defensa modernilla de esas, cómo se llama? philidor?. Sacamos las piezas, nos disponiamos a atizarnos de lo lindo pero, de repente, llegamos a la conclusión de que ya hay demasiado dolor en el mundo como para añadir un granito más a esta paella de dolor. Nos fundimos en un abrazo y firmamos las tablas. Joder, creo que este año no me voy a llevar el premio a la combatividad. Pero por poco.






Marchena-Monje: Una kalasnikov, donde el negro arrastra sus piezas por octava y séptima y súbitamente brotan todas a la vez y te dan un leñazo en el flanco de rey; creo que esa es la idea al menos.
La apertura dejaba una posición fea a la par que desagradable, aunque Fritz no le ve mucho problemas. Tras cambiar varias fichas, se llegaba a un final con pareja de alfiles para el blanco, donde el carpintero ya le empezaba a tomar medidas a Monje. 


a6! 
Tc1?! Tc5!

En esta posición, Fritz da clara ventaja con a6 pero Marchena juega Tc1; parece que Tc5 daba ya tablas al negro pero sigue f6 y el negro sigue prieto.  Sin embargo, Monje, con gran apuro de reloj consigue aguantar la posición como un animal y Marchena se ve obligado a llegar a un final totalmente plano. Todavía habría el sestaotarra de dar guerra y llegar a comerse un peón pero en posición de tablas teóricas. Brutal la partida del ser monjil, que, como va siendo costumbre, firmaba la última partida de la ronda de liga vasca y sacaba ese medio punto que, a la postre, nos dio el tercer puesto.
 



 Te1+-Ae7 / Ch4!

 
Egoi-Alonso: Una siciliana de las de a6. El negro juega la apertura de forma algo optimista y se llega a esta posición. Fritz da clara ventaja con Ch4. El problema es que apenas tiene Egoi 5 minutos a estas alturas. Las blancas lanzan los peones en el flanco de rey y logran clara ventaja al ganar una calidad y entrar en un final de torres contra torres y alfil. Sin embargo, el juego activo del negro junto con el apuro extremo del peludo chantreano dan vida al negro que logran casi la igualdad en esta posición, llegando incluso a rechazar tablas. 





-h5?! / gh-f5 / Rf4!

Sin embargo, un dudodo h5 da un claro objetivo al blanco, que se centra en el mate y la coronación de h, logrando un triunfo espectacular. También se ha salido este año el trol de la pradera.
 




 - f4? - c5!
 
Santos-Cinza: d4-b5; con esta cosa de dudosa cata, sale el gallego y se atreve a llamarle una "pseudo-francesa". Seguramente, su pseudo-cerebro se hallase embotado gran parte de la apertura por el pseudo-rancho ingerido y sólo eso explica la pírrica posición a la que se llega tras cambiar montones de piezas. 
En esta posición, Santos decide colaborar con la causa gallega con un defectuoso F4, que ya pone en clara ventaja al negro. 

g4-b4! -+

Más adelante, este g4 deja la posición totalmente perdida tras b4. Gran torneo de Cinza, con 5,5 de ocho que nos llevan a pensar que el ajedrez no tiene nada que ver con la inteligencia, con el sentido común, ni on ninguna cosa razonable. Misterios del jueguecillo ese de las casillas blancas y negras.
 



Tras este sindios, logramos un sorprendente 3-1, que no esperaban ni nuestras madres más optimistas  sobre la capacidad de sus retoños, que nos dejan sobre todo la permanencia buscada y un buen sabor de boca para terminar torneo preferido. Pero más sorprendente aún cuando, tras unas cuantas carambolas, nos enteramos que quedamos terceros en la categoría, por delante de algunos equipos que, sinceramente, juegan un poco más que nosotros a esto de mover madera. 

De la misma forma, "Eso", nombre dado por Egoi al  Orvina A, consiguió también el tercer puesto en División de Honor tras un más que meritorio empate con San Viator.
 
Tras los discursos de rigor, recogimos nuestro trofeo y bien poco pudimos hacer para que, víctima de la euforia, el gallego confundiera las croquetas del lunch con esas pastillas que receta y las engullera a bocados en número bastante superior a la decena. Consumada la razzia, cargamos el kilo y medio de chatarra en el coche y rumbo al Goenkale, a celebrar con la mejor combinación del día: mus + patxarán.
 
Con esto nos despedimos de liga vasca en un año redondo; con el tercer puesto en las dos categorías y con unos jodidos críos que ya nos dan collejas no sólo al ajedrez sino, lo que es mucho más grave, al mus. El año que viene habrá codazos para tener sitio en el B.